Almagro – Villanueva de los Infantes, unos 87 kilómetros.
Esta mañana he remoloneado muy pero que mucho en la cama. Me
dormí a pesar del mucho confort del “Retiro del Maestre” muy tarde y claro, la
alarma del móvil a las 07:00 AM no era ni de lejos una buena consigna. Una y
otra vez le doy a la tecla de posponer hasta que a las 8:14 decido que ya está
bien, que no he venido a dormir sino a rodar y que por la hora que es la cosa
ya val de programa.
Me levanto y voy a la planta ático donde dicen que sirven el
desayuno, no hay muchos clientes en el hotel (cosa de la crisis, ser queja el
personal del establecimiento). Desayuno copiosamente en contra de lo que es
habitual en mí en cualquier mañana de diario. Preparo las cosas y salgo, son ya
más de las nueve de la mañana.
Desando parte del camino que hice ayer hasta llegar a
Bolaños de Calatrava, en el camino, apenas tres kilómetros huele a cebolla,
pero que mucho, se ve que hay varios almacenes a lo grande de este producto
hortofrutícola. Llego a Bolaños, el
track me lleva a cruzarlo de una punta a la otra, cosa que me viene bien porque
quiero pasar por el centro, ver que tal es y de paso, naturalmente seguir el
ritual diario (eso sí) de tomar mi cortadito con leche natural.
Lo hago en un bar en la esquina de la plaza donde está el
Ayuntamiento y enfrente una iglesia grandota con los muros de piedra vista y en
lo alto de la fachada un pequeño cubo de ladrillo macizo de color amarillo que
hace las veces de campanario y en el que sobre su tejado una pareja de cigüeñas
tiene su nido, grandote todo él y en el que veo uno de los dos miembros de la
pareja. Un camión de reparto me tapa la visual de la fachada de la iglesia para
hacer la foto desde mi mesa de la terraza del bar, pero no me importa mucho, se
lo disculpo totalmente porque es amigo, vaya tan amigo como que es el camión de
reparto de la cerveza Mahou y de la Coca-cola.
Sigo ruta, salgo de Bolaños, tomo la carretera que me lleva
a Manzanares la CM 4124. Se rueda cómodo por ella, está primorosamente
pavimentada, con buen arcén y relativamente poco tráfico (aunque veloz) veo un
coche de la Guardia Civil de Tráfico apostado estratégicamente para sacar
instantáneas a los conductores, me da que trabajo no les va a faltar. Hace un
sol espléndido, pero hace acto de presencia el vientecillo molestón que no me
va a abandonar en toda la jornada.
Esta mañana que me saludó cariñosamente Jofegaber por
wassapp, le pedí que pasara mi número de teléfono a Abrego (del foro de
Rodadas) que es de la zona y se ofreció para lo que me hiciera falta en el hilo
que inicié a los efectos de esta ruta en el foro. Y va y el chico raudo y veloz
me llama, más majo, me facilita incluso una dirección de una casa rural en
Villanueva de los Infantes, que es precisamente en la que me encuentro mientras
escribo esto.
Ya llego tardecito a Manzanares, deben ser pues por lo menos
las 11:45, pero aprovechando que paso (como siempre) por el centro me paro en
uno de los bares que tienen terrazas puesta en la calle, no recuerdo el nombre
de la calle pero debe ser la principal porque es peatonal, está lleno de
tiendas, hay mucha gente que va y viene que entra y que sale. El bar es de un
forofo del Atlétic (de Madrid supongo) se llama MERE (el bar claro) y tomo una
puntita de pan con algo dentro y una supercerveza bien fresquita y por
supuesto… jeje, el cortadito con leche natural (no recuerdo ahora lo que me costó
ni me importa porque francamente me supo a gloria).
A la salida de Manzanares el vientecillo sigue y decido
abandonar el track definitivamente y tomar la nacional 430 hacia la Solana. No va mucha gente y sigue
estando divinamente pavimentada y con arcén limpio, amplio y transitable, pero
el viento… uf… y un rato monótona que es. Antes de la Solana paso por Membrilla
(cuan de melón… uf se me hace la boca agua a estas horas sólo de pensar en lo
ricos que son los melones manchegos). Bordeo por la Nacional el pueblo de La
Solana, ya voy cansado, no me apetece subir ese tantito así ni desviarme, el
cuerpo hoy no me está pidiendo turistear en absoluto. El esfuerzo por culpa del
viento me está haciendo mella en las rodillas que empiezan ya a escocerme de
forma preocupante.
Tomo la CR 644 que va a San Carlos de Valle. Podría tomar la
CM 3127 que va directa a Villanueva, pero algo me da que debo tomar la
anterior, que debe valer la pena. Y vaya que si la tomo. Una carretera casi
recta en subeybajas constantes que si no fuera por el dichoso viento la hubiera
disfrutado un montón. El track va casi siempre paralelo a la carretera, pero yo
erre que erre ni contemplo aún la posibilidad de seguir el camino de tierra. Me
paro en varias ocasiones, voy cansado… el viento, las rodillas… Antes de llegar
a San Carlos del Valle (que me cuesta lo suyo), en una de las paradas como algo
de fruta a la sombra de un olivo… uissss cuantos favores me han hecho ya en
este viaje los olivos…
Haber tomado esta carretera y no la otra ha sido una genial
decisión porque la visita a la población lo merece, menuda iglesia, menuda
plaza, muy pero que muy recomendable. Hace calor, busco un bar donde tomar una Coca-Cola
fresquita, pero todo cerrado de lo poco que hay, ni un alma por la calle, serían
sobre las cuatro de la tarde. Sigo, pero esta vez sí que voy a seguir el track
que me llevará directamente hasta Villanueva.
El camino es delicioso, disfruto en sus primeros kilómetros
a pesar del viento, pero el camino es largo, veintitantos kilómetros y casi a
la mitad de ellos ya estoy exhausto, las rodillas me duelen a rabiar y para
colmo en el momento en que voy a buscar la botella de agua de reserva para
llenar el bidón descubro que va y la botella se había apeado de la bici sin
decirme nada, vaya que la perdí con el traqueteo del camino. Pues apenas tengo
para un par de sorbos en el bidón. Definitivamente la cosa no va bien… consulto
el gps, me quedan 13 o 14 kilómetros sin nada ni nadie, bueno sí, a lo lejos
algún tractorista currando o un tráiler que me encontré a mitad de camino… para
entonces aún no me había percatado de la ausencia de la botella si no les
hubiera mendigado algo de beber.
Estos últimos kilómetros del día se me hacen eternos,
sinceramente sufro y para evitar rascar aún más en mis complicaciones empiezo a
pensar en las de los demás y digo… y esta gente cómo sabe cuál es su campo,
dónde empieza y dónde acaba. Y… cuando contratan algún tractorista para
hacerles alguna labor… cómo sabe el tractorista que es ese campo y no otro?
Llego en bastante mal estado a Villanueva de los Infantes y
encima no he resuelto siquiera ninguno de los enigmas que le deben reconcomer
(o eso me figuro) a esta gente. A la entrada hay una gasolinera y un bar (Casa
Pedro) para mi hoy, San Pedro, porque me permite echarme al cuerpo de inmediato
una cerveza bien fría (vista y no vista) y acompañarla con un paquete de
Bocabits, jeje, es que no había otra cosa y yo lo de la cerveza a palo seco, lo
llevo fatal.
Me dirijo después a la Casa Rural Hermano Galo (21 euros
individual), casa que está saliendo en la parte contraria del pueblo, pero
confortable y limpia. Ducha… colada… y dado que cuando llegué al pueblo ya eran
las siete y pico, ahora que ya son las… casi las nueve me voy a cenar.
Desando (esta vez a pie) todo lo corrido por el pueblo en
bici, voy al centro… Villanueva es una ciudad preciosa, para callejear por su
calles antiguas, rectas y limpias llenas de casonas y espacios que retratar.
Pero ahora lo importante, cenar. Lo haga en Bar Casa Cascorro, un lugar tirando
a Bar de la España profunda pero muy bien atendido por Agustín y su mujer. Menú
10 euros… sin entrar en detalles culinarios, lo cierto es que el tal Agustín es
un sujeto estupendo, hablador y enamorado de su trabajo y de la zona, me habla
de rutas, de gente que va por allí, de gente de btt de un chico que tuvo un
accidente y que ahora va en bici de tres ruedas y que tiene una fundación. Y
además el Agustín me regala un folleto de rutas y un magnífico libro de la
comarca.
Vuelvo a la Casa Rural, escribo esto, son las once treinta y
cinco de la noche. Estoy reventado y como que no tengo aquí internet, dejo
estas notas para publicar en el blog en lugar y momento más propicio. A ver si
tengo suerte y esta noche concilio antes el sueño… aunque la pinta de la camita
que me ha asignado el dueño… no se no se.
Las fotos de la jornada.
Las fotos de la jornada.
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