Mi ruta de Don Quijote - Etapa previa


Domingo 14 de octubre de 2012, 13:15 Definitivamente abren el acceso al tren (Alaris Valencia-Alcázar de San Juan). Ya llevaba yo algunos minutos con los bártulos preparados, la bici plegada y en su funda y las cuatro alforjas junto a ella. Dado que hay gente que lleva maletas que abultan mucho más que mis bártulos creo que va a ser verdad eso de que no hay ningún problema en acceder al tren con la bici. Abren, cargo todos los trastos parezco un sherpa, paso el control y el chico me entrega un botecito de plástico que contienen unos auriculares que de peor calidad ya no pueden ser.

Mi coche está al final del andén, me cuesta llegar tan cargado pero lo consigo y acomodo la bici y las alforjas en el espacio reservado para maletas a la entrada del tren y busco mi asiento. Una pena lo mal que están ya estos trenes que a no hacer tanto tiempo fueron el “no va más” de Renfe, pero tengo suerte, el tren va prácticamente vacío y la chica que está sentada a mi lado decide cambiarse a un sitio más amplio, cosa que sin decirle nada le agradezco profundamente porque la chica resultaba un pelín abusona en lo que toca a usurpar espacio de asiento ajeno.

El viaje resultará bastante rápido y cómodo, apenas dos horas y media pero ya, cerca de Alcázar de San Juan aún luce un esplendido sol pero ya veo que los árboles tienen un notorio vaivén que me preocupa. Hace presencia nuestro compañero jamás invitado, el viento que será ya definitivamente manifiesto a la salida de la estación.

La fachada de la estación es chula, hay bastante complejo ferroviario alrededor, sin duda otros tiempos de más gloria vivieron estas instalaciones. A la puerta hay un monumento al ferroviario, le hago foto cuando vuelvo a pasar por allí a la noche después de cenar.

Con la bici ya montada, emprendo rodada suave en bajada hacia la plaza de España, donde tomaré el que será el primer cortadito con leche natural de la ruta. Definitivamente hace viento y fresquito y el sol se va escondiendo con resignación tras una maraña de nubes blancas que acabarán cubriendo todo el cielo. El camarero del local me facilita un plano callejero de  la ciudad, localizo el Hostal Har Numancia en el que pienso alojarme. 28 euros la habitación, sencillo, limpio y muy, pero que muy tranquilo, estoy totalmente solo en el hostal, no está ni el encargado.

A eso de las siete y pico de la tarde salgo a callejear la ciudad, pero reconozco que no apetece en absoluto, hace un tiempo desapacible, vientecillo, algo de frio y además llovizna. Empiezo a pensar en el barrillo de los caminos y no me complace en absoluto aunque pienso que siempre tendré la alternativa de chalequito fosfi y carretera. Callejeo, la ciudad es amplia con calles muy tranquilas y limpias. Me llama la atención la poca cantidad de edificio altos que hay y el trazado enrevesado que tiene.  Naturalmente las referencias cervantinas y particularmente quijotescas son inevitables en el nombre de establecimientos, en la toponimia y naturalmente en monumentos.

Me llama la atención que bastantes calles tengan una explicación del nombre rotulada en muralitos de azulejos.

Me paso por la Parroquia de Santa Quitaría (santa de feliz recuerdo), en ella se encuentra la Virgen del Rosario, patrona de esta ciudad y que casualmente es la santa del día en el que nació mi padre. Inevitablemente, tengo un especial recuerdo para él, estoy un rato con él, pienso en él, rezo con él, hoy hace dos meses justos que ya no está con nosotros.

Callejeo un poco más y busco un sitio para cenar. El local y el menú no merecen especial atención, pero por precio y por hambre (9,50 euros) no me vino nada mal. Raudo al hostal, ya no tengo más ganas de callejear. El hostal, ahora sí, compruebo que está totalmente desierto. Veo las noticias, especial énfasis al austríaco que ha superado la barrera del sonido en caída libre. ¡Qué bruto! Estaba convencido de que el tipo se mataría, pero no… el tío ha hecho un aterrizaje que parece de película de James Bond, sin duda, tanta eficacia, tanta seguridad, tanta tranquilidad me mosquea, escéptico que es uno.

Tomo estas notas que quizá publique o no, paso las pocas fotos que he tomado al ordenador a ver si consigo en esta ruta no montar los líos de fotos y notas que amontono siempre.

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